Animales fantásticos y dónde encontrarlos

Les presentamos la nueva película en cartelera con el horario desde el jueves 17-11 al miércoles 23-11 en #CineCervantesDigital3D.

#AnimalesFantasticosYDondeEncontrarlos– 3D- Castellano (Latino)

Horarios de boletería
Jueves de 20:30 hs a 21:30 hs
Viernes de 20:30 hs a 21:30 hs
Sábado de 18:00 hs a 21:30 hs
Domingo de 18:00 hs a 21:30 hs
Lunes de 20:30 hs a 21:30 hs
Martes de 20:30 hs a 21:30 hs
Miercoles de 20:30 hs a 21:30 hs

Si sos de otra ciudad y no sabes como llegar. Ingresá a esta direccion:

https://www.google.com.ar/…/data=!3m1!4b1!4m5!3m4!1s0x95b91…

Animales fantásticos y dónde encontrarlos, el esperadísimo spin-off del mundo mágico de J.K. Rowling, es más que nada una promesa: una aventura que se alza principalmente como un cimiento –entretenido y carismático, eso sí– de una nueva franquicia, que en todo momento da la impresión de estarse guardando las mejores cartas para el futuro. Después de todo, es la primera de cinco películas que se planean hacer alrededor de las aventuras de su nuevo héroe, el magizoólogo Newt Scamander, y tiene encima el peso de múltiples objetivos: presentar nuevos personajes y villanos, crear expectativa para las secuelas, expandir el universo y encajar en él, sentar su propia identidad (separarse de la saga de Harry Potter), hablarle a los novatos del mundo de Rowling y, al mismo tiempo, ser funcional, divertida y… fantástica.

Tales retos paralizarían a cualquier franquicia y la harían caer bajo su presión; sin embargo, este no es el caso de Animales fantásticos, que bajo la dirección de David Yates se las arregla para mantenerse firme y probar que el mundo de los magos sigue bastante vivo, a cuatro años de que se estrenara la última película de Harry Potter (y que él también dirigió). Ahora bien, es cierto que en la mayoría de los casos responde a dichos objetivos de forma más funcional que fantástica, y que está construida para recordarnos constantemente que esto sólo es el inicio. Sin embargo, a pesar de eso, la primera aventura de Newt es un espectáculo de principio a fin, cuyo logro principal (aquel que claramente busca más) radica en que consigue plantarnos el deseo de ver lo siguiente. Algo bastante difícil de lograr en el competido panorama de secuelas.

Escrita por la misma Rowling –en su primera incursión como guionista–, la película presenta a Newt (interpretado por Eddie Redmayne) como el nuevo outsider incomprendido con varita que podría salvar a la comunidad mágica de fuerzas oscuras. Narra su llegada al Nueva York de los años 20, como parte de sus viajes de investigación para escribir su libro Animales Fantásticos y dónde encontrarlos, que se convertirá eventualmente en el libro de texto usado por Harry y sus amigos en Hogwarts. Ahí, los azares del destino y un accidente con su misteriosa maleta lo juntan con Jacob (Dan Fogler), un panadero no-maj (muggle, en slang americano); y con dos brujas hermanas: Porpentina Goldstein (Katherine Waterston), empleada del Congreso Mágico de Estados Unidos, y su hermana Queenie (Alison Sudol), una bruja capaz de leer la mente.

Es en las peripecias de este cuarteto que la cinta tiene sus mejores momentos. Inmersos en una comunidad llena de odio y recelo, bastante diferente a lo conocido en Hogwarts (los magos americanos están al borde de la guerra con los humanos), Newt, Porpentina, Jacob y Queenie protagonizan una búsqueda de peculiares criaturas fantásticas a la Pokemon GO, que explora lo mejor de la cinta: el bestiario de Newt. Los animales fantásticos logran ser eso precisamente: fantásticos, no sólo por la magia del CGI con la que están compuestos, sino porque sus características vuelven a ser prueba de la imaginación Rowlingneana sin límites. Además, nos abren esa parte del mundo mágico que sólo pudimos entrever un poco en esas infames clases de Hagrid, que mandaron a más de un alumno con la enfermera de Hogwarts.

Asimismo, esta persecución deja clara una intención de la producción de aprovechar y enriquecerse del momento histórico en el que está ubicada, a fin de separarse en tono y estética de las aventuras de Potter. Destacan los escenarios y el diseño de producción en general, pero sobre todo esos ambientes noir que reviven el misterio y seducción de la era de la ley seca de EE.UU: los clubes nocturnos clandestinos llenos de humo de cigarro, miradas tensas y… goblins. No son muchas las secuencias que tienen este privilegio, pero sirven como muestra de lo mucho que podría beneficiarse el resto de la franquicia si decide dejarse llevar aún más por la imaginería y nostalgia de los años 20, una década bastante mágica en sí misma. Una promesa que esperemos se cumpla.

El homenaje a esta época también lo encontramos en la dinámica entre Newt y Jacob. Habíamos visto ya a Eddie Redmayne interpretando papeles del nerd introvertido e indeciso (La teoría del todo), pero quien resulta bastante nuevo es su compañero de comedia: Dan Fogler. El personaje de Jacob es la revelación de la película y su mancuerna con Newt recuerda a las figuras cómicas clásicas del cine silente. No sería descabellado decir que Fogler se roba todo el show. Al lado de él, el resto de los personajes parecen quedarse en la mera introducción simpática –incluyendo el de Newt–, como promesas (nuevamente esta palabra) que veremos florecer más a lo largo de las secuelas. Este es el caso sobre todo de Tina (Waterston), que queda eclipsada en esta ocasión por la personalidad arrolladora de su hermana Queenie (Sudol).

Sin embargo, toda esta diversión se asfixia en la otra línea argumental, aquella protagonizada por Colin Farrell en su papel como Percival Graves, la cual tiene la clara y pesada función de sentar las bases antagónicas para el resto de las secuelas. Las andanzas ocultas de este auror (algo así como un policía de la CIA del mundo mágico), involucran a un joven conflictuado (Ezra Miller) que recuerda un poco al joven Tom Marvolo Riddle, pero se esfuerzan tanto en construir una franquicia que, en lugar de ser intrigantes, se vuelven las “aguafiestas” de la película. Son secuencias explicativas ocupadas en fabricar y darle una plataforma a la oscuridad, aderezadas con personajes de apariciones mínimas (Jon Voight, como un importante presidente de un periódico), cuya única función es presentarse para las siguientes secuelas. Mientras la magia y la diversión se encuentran en la parte más sencilla de la trama (perseguir a las bestias mágicas), los engranajes de la maquinaria se asoman inevitablemente en esta subhistoria. Aquellos que sean nuevos en el universo Potteriano encontrarán refugio en la primera. Aun así, logra algunos instantes un poco siniestros, que los fans apreciarán.

Recordemos que estos son los gajes de crear una producción que se dispuso hacer en una sola película lo que la saga de Harry Potter hizo en cuatro: por un lado, presentar un nuevo mundo y a sus personajes, encariñar al público con ellos y crear una franquicia (La piedra filosofal, La cámara secreta y El prisionero de Azkaban); y, por otro, meter más oscuridad, expandir el universo más allá de Hogwarts y presentar a su villano principal con bombo y platillo (El caliz de fuego). El resultado es, a pesar de todo, satisfactorio, más práctico que mágico en varios momentos, pero digno sucesor de una de las sagas más queridas de todos los tiempos. Se sostiene, más que nada, como una puerta prometedora, que de pronto tropieza en sus ánimos de extenderse más allá de esta primera aventura, pero que logra construir un submundo dentro del universo y sentar las bases para la franquicia de forma funcional. Eso sí, tendremos que esperar para conocer más de los elementos que componen a la sociedad de magos (la escuela de Ilvermorny, el pasado de MACUSA, el villano principal…), que sólo se mencionan ligeramente.

¿

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Seguimos leyendo?

Todo listo para la Fiesta de la Tortita Negra en Berdier

El próximo domingo, Berdier será el escenario de la Fiesta de la Tortita Negra, uno de los…