Las conservas, son tan antiguas como el ser humano. Estas prácticas respondían a acumular alimentos en las épocas de abundancia para contar con ellos durante la escasez.
El miércoles en el CIC como estaba anunciado se realizó el taller de conservas organizado por el grupo de huerteros de nuestra ciudad, este grupo que se está formando y busca que cada uno intente y disfrute con las huertas familiares, ese contacto con la tierra y la naturaleza.
Con la elaboración de conservas caseras, es una forma de aprovechar la materia prima que abunda en la época de producción y también de cubrir las necesidades de autoconsumo, mientras que en otros casos es una fuente de ingresos cuando el destino final es la comercialización. Cualquiera sea el motivo, el esfuerzo, el tiempo y el gasto se recompensa con la satisfacción que proporciona el preparar uno mismo las propias conservas.
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