La noche del jueves pasado fue diferente en el Rotary Club Salto.
El programa a desarrollarse preveía un homenaje a docentes, por haberse celebrado el día del maestro, y un reconocimiento a adolescentes de nuestra ciudad en el marco de un programa que se comenzó a desarrollar a partir de julio, titulado “La buena noticia”
La reunión transcurrió en un clima cálido, precedida de abrazos y saludos afectuosos que encerraban recuerdos de otros tiempos.
Las invitadas de la noche fueron Rosa Baldomá, Victoria Azzaro y la Prof. Graciela Balaguer.
Y para cumplimentar la otra parte de la programación, se hallaban Martín y Jesús, alumnos de la E,E.S. N· 3, acompañados por su directora, Prof. Ivana Angelicola.
De pronto, y como dice una canción religiosa: “Hay ángeles volando en este lugar” el salón de reuniones se llenó de ángeles. ¿Serían los recuerdos que se presentaban en tropel? ¿serían las presencias inmateriales de generaciones de alumnos que acercaban sus risas, sus preguntas, sus diabluras a estas dos MAESTRAS, así con mayúsculas que se hallaban compartiendo la cena?
¿Serían los ayeres que se abrían paso para hacer sentir a cada uno la importancia de ser un buen maestro?
¿Sería la voz entrecortada de quien debía llevar a cabo el homenaje, que mostraba la emoción tantas veces contenida que encerraba la palabra Gracias?
¿Serían los presentes que traían sus claroscuros, sus fuerzas arrolladoras y también sus cuestionamientos que se agitan en el aire de una sociedad que nos cuesta comprender?
Seguramente, fue la sumatoria de tantos serían.
Además estuvo lo otro, a lo que apunta el espacio: “La buena Noticia”, y que es a rescatar las buenas acciones que se producen a diario pero que no se conocen porque las asfixian el caos, la muerte, los hechos de inseguridad, las “otras noticias”, que son las que venden.
Y la Buena Noticia con la que se inauguró ese nuevo espacio, tuvo como marco a los alumnos, y sus protagonistas fueron Jesús y Martín, que en vacaciones de invierno y sin que nadie los convocara se presentaron a su escuela para ayudar a pintar, ya que se enteraron que sus docentes estaban trabajando en ello.
Y entonces, los ángeles que sobrevolaban el salón del Rotary Club nos embriagaron con la presencia de valores que siempre nos quejamos que no existen, Nos dijeron: existen y están acá. Confíen en los jóvenes, Escúchenlos, Pónganse a su lado. Rosa y Victoria, junto a Graciela, y a Belén y a Nilda, y a Caty, y a Cristina, y a Azucena, y las Ivanas son ejemplos vivientes de la tarea de enseñar con el ejemplo y en el amor
Mágica noche la del jueves 13 de setiembre en Rotary.

Azucena Gómez
Comité de Administración del Club.

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