En esta Argentina de hoy y desde hace muchos años, de la que Salto forma parte, seguramente la mayoría piensa que “esto no cambia más”; que “es lo mismo que estén unos u otros”. Me ha pasado, lo confieso; pero no me resigno a que esto no cambie más, fundamentalmente por nuestros hijos. Creo que ninguno queremos que crezcan entre carencias y falta de oportunidades.

Desde mi posición y la de las grandes personas que me acompañan en la lista de candidatos a concejales y consejeros escolares, sería muy pretencioso y utópico pensar que podemos cambiar el país. Pero sí estamos seguros de poder aportar mucho para mejorar nuestra comunidad.

Por eso nos comprometemos, por eso decidimos participar. Somos vecinos con muchas ganas, ideas y capacidad para sacar a Salto del confinamiento y la desigualdad. Salvo alguno que participa de la lista, la mayoría no ha incursionado aún en política. No buscamos el poder para beneficiarnos, para tener privilegios, como tristemente es común observar; buscamos tener herramientas para mejorarles la vida a nuestros vecinos. A todos.

Mirando los resultados de las últimas PASO, observamos que muchos no fueron a votar o que lo hicieron en blanco o impugnaron su voto. Entiendo que en clara muestra de disconformidad y hasta rechazo hacia la clase política, lo entiendo porque ESTUVIMOS AHÍ y hoy decidimos involucrarnos.

Son más de mil vecinos que se comprometieron en ir a votar y cumplieron con su responsabilidad ciudadana, que encontraron en ese voto “hacia nadie” la mejor forma de manifestarse.

Lo que humildemente quiero pedirles a esos vecinos que votaron de esa manera, que lo hagan en positivo, buscando nuevas alternativas, ya que las bancas se van a ocupar igual y seguramente por los mismos partidos con los que ustedes están disgustados, decepcionados, enojados.

Entonces, si queremos empezar a cambiar, elijamos, opinemos con nuestros votos.

Lo que nosotros les ofrecemos es trabajar para terminar con la grieta. No tenemos presiones ni compromisos con nadie y podemos hacerlo. No estamos ni de un lado ni del otro. Estamos de parte del vecino común; en definitiva, de nosotros que también lo somos.

El cambio real (no de nombres ni caras) depende de todos, pero fundamentalmente de cada uno que meta su boleta en la urna. No olvidemos nunca que la democracia, aunque imperfecta en muchos sentidos, es la única herramienta para sacar adelante un país. Y que en el cuarto oscuro, quizás como en pocos lados, somos todos iguales; porque todos los votos valen uno. Por eso el tuyo, aunque no te parezca “porque es uno solo”, tiene un poder enorme.

Gracias por leerme, ojalá compartamos este pensamiento y despertemos de una vez por todas.

Iván Pérez Morelli.-

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