Hoy queremos recordar al Párroco Jose Karaman ya que hoy seria su cumpleaños.
Más alla de su trabajo sacerdotal, recordamos sus obras, sus palabras hoy nada mejor que recordarlo con algunas palabras de él mismo
Querido Hijo:
Nadie estudia para padre. Simplemente se es. Ni nadie estudia para ser hijo. Simplemente se va haciendo. Por eso ninguno se recibe de Padre, ninguno recibe el diploma de Hijo.

Llevamos sobre nuestras espaldas el drama consubstancial a nosotros mismos de una relación mutuamente dependiente. Soy padre porque vos sos mi hijo. Sos hijo porque soy tu padre. Yo te deseé, pero no te elegí. Vos me tenés pero no me seleccionaste. Misteriosamente somos. Yo, padre.

Vos, hijo.
No es fatalismo.

Es un hecho misterioso de la vida para prolongarse a sí misma, en un canto doloroso y esperanzado para derrotar sin solución de continuidad a la muerte. Y es un desafío permanente para demostrar más allá de todo, que la victoria final será la vida.

Por eso nuestros miedos. Los tuyos y los míos. Los tuyos porque te vas asomando cada día a ese misterio sin la fuerzas necesarias, pero con todas las ganas de ser vos mismo. Querés tener tus propias alas. Mejor dicho, las tenés. Pero se te arruga el vuelo. Porque volar es hermoso. Pero también es arriesgado. Te tinta la sangre porque el cansancio de la incertidumbre te cala las venas…

Y también están mis miedos. Sé que tengo que dejarte ir. Pero también tengo que cobijarte. Sé que sos distinto a mí, pero que también sos mío. Se que no soy tu dueño, pero sí tu protector. Sé que tengo que ir dándote hilo como si fueras un inmenso barrilete, pero también sé que debo cuidar que los vientos no te arrebaten de mis manos.

Por eso también nuestras alegrías. Las mías y las tuyas. Las mías, porque siento que vos soy yo, pero de otra manera. Sigo siendo yo, y vos empezás a ser vos. Somos y no somos al mismo tiempo. Y así se da que cuando vos sufrís, yo sufro. Cuando estás alegre ¿qué me importa mi tristeza? Cuando, poco a poco, vas entramando tu existencia; siento que yo mismo me prolongo. Y quisiera darte todo. Y quisiera también gritarles a todos. jÉse es mi hijo! Carne de mi carne y sangre de mi sangre.

Por eso, también tus alegrías. Pero con un enigma que es difícil de descifrar. Querés irte y querés quedarte. Te duelen mis reproches pero los necesitás. Quisieras ser vos, pero no me dejarías a mí. Sentís la fluctuante tristeza de poder perderme. Es una alegría extraña. Mezcla de incertidumbre y seguridad. A veces te molesto y otras veces soy una necesidad insoslayable. No podemos estar el uno sin el otro, aunque estando juntos pareciera que los espacios se reducen como si el mundo fuera demasiado pequeño para los dos.

Por eso, también, mis alegrías. Cada día de la vida es dramáticamente distinto. No hay uno parecido al otro. Crece tu vida y se escapa la mía ¿Se escapa o madura? Quiero verte grande, pero añoro tu pequeñez. Quisiera que tu vuelo sea propiamente tuyo, pero temo que se desgarren tus alas y caigas en algún precipicio y que yo no esté a tu lado. Me siento feliz porque te veo caminar la vida con tus propios pasos, pero también añoro aquellos días en que tus pasos vacilantes se dirigían hacia mí porque era tu reaseguro…

Por eso también, el sentido de nuestras luchas. Las mías y las tuyas. Las mías porque ¿qué sería de mí sin vos? Es cierto. Hay muchas maneras de realizarse como hombre, pero ¿cuál puede asemejarse a la de ser padre? Ella define la vida. La vida total y propia. Todo puede parecer, menos la sangre. Todo puede desaparecer, menos la inmensa dicha de prolongar la vida desde la paternidad. Por ahí se podrá pensar que el anonimato del tiempo borre mis huellas para siempre. Y no es cierto. Cuando el silencio gane la memoria de mi paso por la vida, estaré presente en vos, hijo. Y en los hijos de tus hijos…

Y en tus luchas. Los tiempos cambiarán. Los modos serán distintos. Los desafíos tendrán otros nombres. Pero un hecho perdura más allá de las carátulas. Con Dios te lanzamos a la hermosa aventura de vivir con dos nombres propios: Yo soy tu Padre. Tú eres mi Hijo, para que el milagro cotidiano de la vida sea una realidad constante hasta que nos invada la eternidad…

Posdata: No te pido que no me olvides. Te pido que no te olvides de la inmensa importancia de la vida, que es la mejor manera de recordarme.

A todos los padres con mi mejor afecto de padre…
José Karaman – Cura Párroco

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Seguimos leyendo?

IMPORTANTE PASO EN EL SISTEMA DE SEGURIDAD DE LA ZONA NORTE DE LA PROVINCIA

Hoy nuestro intendente estuvo acompañando al gobernador Axel Kicillof, en la puesta en fun…